domingo, 18 de diciembre de 2016

Semilla del jacarandá

Hoy es un día típico de otoño, hace viento, poco sol, algo de frío y las hojas de los árboles cubren el suelo como una alfombra. A mi personalmente me encantan estos días para pasear, la gente normalmente se queda en casa y todo esta tranquilo, pero claro con un bebé con bronquitis no me atrevo a salir, pero mi pequeño gran campeón esta como el tiempo, algo inestable, y hemos salido al parque mientras papá se queda con el peque en casa.

Por fín y después de armarme de valor para salir con él, porque hay predicción de super-rabieta en público, lo monto en su bici y nos vamos al parque, hacemos un camino normal y al llegar y como siempre derechito al columpio, y ahí empieza mi motivo de reflexión.
Cuantas veces he visto a padres orgullosos y poner sonrisas de oreja a oreja porque sus niños son supermegalistos, saben las letras, las formas geométricas, los colores en siete idiomas y te cuentan hasta 50.....cuando lo verdaderamente importante es que hacen lo que deben hacer, que es ni más ni menos que jugar, tirarse del tobogán, interactuar entre ellos, mancharse la ropa y correr como si no hubiera un mañana, vamos lo normal en un niño, pero no le dan importancia, sólo les importa su capacidad para retener información.

Mi hijo se ha montado en su columpio y para evitar ecolalias y que se chupara la ropa he hecho que contara, hasta 150 sin ayuda y porque lo he cortado sino ahí seguiria por el 1482, lo he convencido para bajarse y con mucho esfuerzo he conseguido que se tirara del tobogán, y como ya estaba algo gritoncillo he decidido alejarme, darle su espacio, y me he sentado, él se quedo deambulando alrededor cuando algo le llamo su atención lo cogió y vino a enseñarmelo, "mamá una semilla de jacarandá", supongo que su padre se lo dijo una tarde de parque hace ya mucho tiempo , la típica información que cualquiera olvida a los 5 minutos pero que él retiene para toda su vida, cualquier padre se alegraría de saber que su hijo tiene una memoria prodigiosa y que con cinco años sabe diferenciar una semilla de un árbol que pocos conocen su nombre pero yo daría lo que fuera por ver a mi hijo tirado entre esas semillas sin importarle como se llaman....
Al final me ha pedido volver a casa porque ha visto una semilla rota y quería arreglarla con pegamento.....ains que cabecita llena de datos!!!!!!




Esto es una semilla de jacarandá, es un árbol que habeís visto muchas veces, y aunque es muy llamativo nadie conoce su nombre, bueno casi nadie....